lunes, febrero 23, 2015

Violencia, niñez y medios de comunicación.

Violencia, niñez y medios de comunicación.

Han pasado más de 20 años desde la ratificación por parte de Paraguay de la Convención de los Derechos del Niño, sin embargo, ese acto no constituye en sí una garantía de que las pautas culturales de una sociedad se modifiquen de la noche a la mañana. En nuestro país donde hasta antes de tener 18 años, no se es persona, más bien un objeto de propiedad exclusiva del mundo adulto, la violencia hacia la niñez está normalizada y programada como tal por los medios de reproducción social: la familia, la escuela, los medios de comunicación, las instituciones, entre otros.

La violencia hacia la niñez es perversa, en cualquiera de sus formas, especialmente por la condición de vulnerabilidad en la que se ubican; dado que el ejercicio de dominación y poder por parte de una persona “adulta” o con “autoridad” genera un condicionamiento de sumisión casi total, donde no hay maniobra de autonomía o pensamiento propio. 

La pobreza y la exclusión a la cual están sometidas de forma inhumana las personas son elementos de la violencia estructural, pero muchas veces vista por la sociedad como situaciones normales que son propias del paisaje cotidiano; cuando en realidad debería ser una vergüenza, principalmente política y humanitaria, tanto de las autoridades como la ciudadanía.

Una legislación no modifica la conducta o forma de pensar o actuar de la sociedad, por el solo hecho de existir, su aplicación  por un lado y su funcionamiento efectivo por otro, forman parte de una serie de procesos políticos, institucionales y sociales, que deben ser guiados con liderazgo por parte de las autoridades. La conducción de la sociedad por medio de sus instituciones es un factor clave en este ejercicio de transformación de las prácticas culturales que son aceptadas, normalizadas y reproducidas en la  actualidad; en definitiva, en el mundo de las relaciones humanas cualquier norma que se establezca debe ser parte de un proceso de construcción social.

El papel que juegan los medios de comunicación, en su rol de formadores de opinión, es determinante para poner fin a la normalización de la violencia hacia la niñez. Pero en éste, como en todos los otros temas de interés público que requieren de abordajes serios y responsables de su parte, en muchos casos aún continúa siendo una materia pendiente por parte de dicho sector. El principio de interés superior del niño, no termina de dimensionarse ni comprenderse, al momento de informar, opinar o simplemente publicitar.

En sociedades conservadoras y/o de bajo nivel educativo, los medios juegan un rol de normalización, dado que lo que publican o dejan de hacerlo, no solo es tomado como una noticia, también es vista como una verdad prácticamente absoluta. La falta de capacidad para procesar las noticias, imágenes u opiniones, de forma crítica por parte de las personas, hace que el poder ejercido por los medios sobre las mismas sea aún mucho mayor.  

En países con mayores niveles de desarrollo los medios de comunicación, sean públicos o privados, cuentan con mecanismos de regulación y/o autorregulación; así logran hacer una entrega de información a la sociedad con mayor nivel analítico, guardando tanto en forma como fondo una plena observancia hacia los derechos humanos, siendo bastiones de la libertad de expresión, y un contrapeso del poder político en las sociedades democráticas.

Aníbal Cabrera Echeverría.
23 de febrero de 2015.

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