jueves, octubre 30, 2008

Interesante: La Minga es el modo en que los de abajo han decidido "concertar la palabra y convertirla en camino". Es apenas el primer paso. Pero el que marca el rumbo y deja huella.

lunes, octubre 13, 2008

Percepciones vivenciales:
Crisis de la crisis, cuando lo establecido se va modificando.


Cuando se tiene conciencia que el nivel de argumentación es menor al interlocutor, se inician los discursos recurriendo a un elemento tradicional de quienes terminan usando la fuerza para imponer sus ideas, desmeritar o deslegitimar a la otra parte, minimizando su existencia, y por ende su validez para dialogar. Entonces surgen preguntas que son necesarias, al menos ser oídas, sí no se tiene la capacidad de responder de modo coherente, y hasta cortés. Acaso el acceso a la educación no es un derecho?. La universidad, como entidad educativa sin fines de lucro, no debería brindar una educación de calidad, también garantizar el acceso a la misma?.

La usurpación significa apoderarse de una propiedad o de un derecho que legítimamente pertenece a otro, por lo general con violencia; o arrogarse la dignidad, empleo u oficio de otro, y usarlos como si fueran propios. En este caso la usurpación o la lectura de la realidad, hecha por un sector estudiantil en la Universidad, y la incorporación al discurso de las diversas situaciones de exclusión política, social, económica y cultural, en la que se hayan sumidas más del 50% de las personas que viven en el país, como simples habitantes, y sin capacidad ni condiciones para ejercer una ciudadanía activa, indica el grado de reflexión y conciencia colectiva a la que ha llegado dicho grupo de personas jóvenes.

Por otro lado, ocupar es tomar posesión o apoderarse de un territorio, de un lugar, de un edificio, instalándose en él; es llenar un espacio o lugar; es llamar la atención de alguien; darle en qué pensar; es emplearse en un trabajo, ejercicio o tarea; es preocuparse por una persona o situación prestándole atención; es asumir la responsabilidad de un asunto, encargarse de él. Y es justamente toda esta serie de acciones que se hallan emprendiendo desde hace dos años estudiantes de la Universidad, asumir su responsabilidad histórica, con su persona y la sociedad, ocupándose de temas importantes pero no urgentes para la clase política del país, y los medios masivos de comunicación.

En nuestra sociedad tradicionalmente se pasaba de la niñez a la adultez, en un proceso rápido casi traumático, hoy en día las categorías analíticas de población han agregado a la adolescencia (que adolece de conciencia) y a la juventud, ambos vistos como un sub-grupo intermedio, caracterizados por la minoridad de edad, y por ende de la invalidez de su opinión en está sociedad adulto-céntrica.

Reaccionar a algo o alguien es una práctica usual de quienes quieren o buscan volver al orden establecido, a la normalidad dada como parte de la comodidad instalada en detrimento de sectores campesinos, obreros, indígenas, poblaciones urbano-marginal, de los cuales no se habla, salvo que sea para degradar aun más su condición humana.

Esas reacciones existen en la Universidad, se han traducido en golpes de guardias, cámaras de seguridad, bajas notas, problemas para inscribirse a materias y exámenes, un repentino control excesivo de la asistencia a clases, y los procedimientos burocráticos, tanto del ámbito administrativo como académico, en restricciones de ingreso y permanencia en el recinto educativo, y frecuentes amenazas de cancelación de matriculas; y que no decir, de desmeritar a quienes hacen parte del movimiento “insurgente” universitario, hacia las reales intenciones de la critica, las tendencias sexuales, afinidades políticas, ausencia de cabalidad, manipulación de masas, y actuaciones al margen de la ley, entre otras cuestiones.

Las diferencias pocas veces son dirimidas por medio del dialogo, al cual se invoca, anuncia y convoca, pero nadie tiene capacidad de ejercerlo, sostenerlo, y canalizarlo, entonces la respuesta más común es la exclusión en base al temor o miedo a lo desconocido, al cambio, sea para bien o para mal, pero si partimos de la base que ahora estamos mal, una propuesta de alternativa seria peor acaso que la realidad actual?. Además, si pensamos que la educación es para la vida, y para toda la vida, las personas pueden aprender en la plaza, o donde sea, siempre y cuando estén abiertas a ello. El inconveniente es que se entiende que la educación es solamente estudiar, pero también es observar, oler, respirar, sentir, y vivir, para lo cual no se necesita un currículum o una escala de evaluaciones para obtener calificaciones que no se corresponden con la persona humana.

Las posiciones antagónicas se tuercen en una dura batalla desde tiempos inmemorables, pero el razonamiento y la argumentación intentan hacer que las fricciones guerreras logren sentarse en torno a una mesa a dialogar, con las artillerías enfundadas. Los modelos de sociedad siempre están en entre dicho, puesto que para un sector su modelo defendido de modo acérrimo es la quinta esencia y la verdad, aunque sea una versión trasnochada, y una visión difusa o sesgada por la enervación de la sangre en la cabeza.

La Iglesia se mantiene con el diezmo y con ingresos provenientes de rentas; en el caso de la Universidad Católica, se auto-sustenta financieramente, sin depender de la Conferencia Episcopal Paraguaya, económicamente, pero si moralmente. Los bienes de la Iglesia, pertenecen a sus feligreses, por tanto es la inmensa población católica, apostólica, romana pero que vive en Paraguay, es la accionista mayoritaria de dicha empresa, llamada alta casa de estudios; atribuirle a la jerarquía eclesial un papel que no le corresponde en la vida universitaria, es intentar ponerle a jugar un rol que el sector laical lo puede llevar perfectamente a la luz del Concilio Vaticano II.

Un grupo de estudiantes, que han asumido su co-responsabilidad con su tiempo e historia, han decidido militar por una causa loable, justa, y clara; educación de calidad, para todos y todas, utilizando la Universidad como bastión del pensamiento humanista, que se debe hallar un paso más adelante de las situaciones que vive la sociedad en la actualidad. Es justamente un timorato que hace más de 30 años gobierna la Universidad de manera tímida, indecisa, encogida en si misma, que solo logra escandalizarse con exageración de cosas que no le parecen conformes a la moral convencional, que tiene temor de Dios, y se gobierna por él en sus operaciones; y así la alta casa de estudios no logra avanzar, en términos científicos ni humanos.

La gran mayoría de las personas, jóvenes y adultas, que asisten a la Universidad Católica, trabajan de mañana, tarde, o noche, en una o más combinaciones, para poder pagarse la matricula anual, y las cuotas mensuales que solventan los costos de funcionamiento de la Universidad, y son estos recursos la principal fuente de ingresos que tiene. Por tanto, el uso que se hace de una instalación a la que se aporta para su mantenimiento, más cuando desde dicho espacio se promueve la interacción y articulación entre la teoría y práctica, no tiene más gravidez, que mostrarle a las autoridades administrativas y académicas, que dicha acción es posible, cuando se tiene voluntad.

Los extremos causan daño, sea de cualquier lado, pero no parece ser el caso del Aula Magna, puesto que desde allí se señalan las contracciones del Sistema Educativo en Paraguay, y en particular la gran brecha que existe entre la teoría y la práctica, en términos de calidad académica, extensión e investigación, pilares que forman la base de la construcción correcta de cualquier Universidad, sea confesional o laica. Y esta situación no tiene vinculación con la mayoridad de edad, condición ya dada en quienes se hallan dentro del Aula, puesto que la reflexión–acción, y el compromiso socio-político no se halla enmarcado dentro de una edad cronológica determinada.

El saber, sea popular o científico no debería tener precio, la educación como mecanismo de reproducción de dichos conocimientos, sean de los campos sociales, culturales, económicos o políticos, es un derecho humano que debe estar garantizado por los Estados a todos sus niveles, el hecho que la gestión privada de la Educación Universitaria halla convertida a la misma en una mercancía de cambio, donde el fetichismo es el cartón o titulo, como lo único que vale realmente, sin importar el proceso educativo y la calidad de la enseñanza,, no es garantía de ser mejor persona o de obtener un trabajo digno.

El fracaso de la sociedad actual esta a la vista, niñez en situación de calle, pueblos originarios abandonados a su suerte, hacinamiento en las cárceles y en los bañados de Asunción, un modelo productivo que no produce desarrollo equitativo, una clase política preocupada en el confort de su vida, sectores empresariales voraces que controlan los medios de comunicación, desvirtuando la esencia de los mismos.

Los derechos humanos no han sido considerados por el Estado Paraguayo desde hace muchos años, nuestro país firma todos los convenios y tratados internacionales que en las salas de gala son ofertados por los organismos multilaterales de cooperación, a penas ratifica unos cuantos, y no logra bajo ninguna circunstancia aplicar los mismos, a políticas de Estado a mediano y largo plazo.

Como sociedad, tenemos mucho por conversar, debatir, reflexionar, es necesario sentarnos a poner todas las cartas sobre la mesa, e ir barajando alternativas, necesitamos refundarnos como nación y reconciliarnos como pueblos con nuestra patria, un Estado ausente es reflejo de una sociedad apática, por culpa del letargo y el sopor, fruto de las décadas de opresión y sometimiento.


Aníbal Cabrera Echeverría.
Septiembre, 2008.
abcabreche@gmail.com

jueves, septiembre 04, 2008

Percepciones vivenciales:
Sociedad = Educación (+ Delación), extraña combinación.

La educación es una de las principales herramientas que tiene una sociedad, para reproducirse en términos valorativos y morales, elementos que ejercen una gran influencia en el accionar político de la ciudadanía, y por ende en el desarrollo económico del país, al tiempo de impactar en modo de reracionamiento social y cultural del espacio físico denominado territorio nacional, en este caso, Paraguay.

Las severas crisis en que se halla nuestro país, no es más que el fiel reflejo de cómo está en realidad nuestra sociedad, y por tanto la educación. Cuando un modelo de organización social, política, económica y cultural, solo ha generado exclusión en dichas áreas, y su deficiencia es percibida y señalada por la mayoría de la población, por medio de manifestaciones, movilizaciones o votaciones; es tiempo de empezar en alternativas reales, y no en meras alternancias como hemos tenido en Paraguay el 20 de abril pasado.

Un claro ejemplo del estancamiento en que nos encontramos, son los sucesos en la Universidad Católica (UC), en particular las vivencias constantes de docentes y estudiantes de la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas, en donde de un tiempo a esta parte el derecho al disenso es usado como mecanismo de exclusión al diálogo real, curiosa práctica promovida por el Alto Gobierno de dicha casa de estudios, y la misma Conferencia Episcopal Paraguaya (CEP).

La realidad no es matemática, pero una simple suma de hechos nos lleva a tener resultados profundamente graves, desde hace un par de semanas la delación ha vuelto a ser una práctica normal al interior de la UC, y las reuniones de pasillo no oficiales pero con decisiones vinculantes han vuelto, como también el temido "cuidado con lo hacen o dicen"; formas comunes de manejo de las autoridades en tiempos de la dictadura, que se creían desterradas en está época. Pero una vez más la "compañera realidad", nos ha mostrado que un cambio de régimen no significa un cambio de sistema, ni mucho menos un cambio de mentalidad y de cultura.

Las disputas por el poder y el control de la UC, de manera interna y externa se evidencian cada día más, y actores tradicionales y emergentes van tomando posiciones antagónicas con la principal parte interesada, el sector estudiantil. Es de conocimiento que la burocracia interna de la magna casa de estudios tiene un peso considerable, como también lo tienen "sus dueños", los señores Obispos de la CEP; al cual se suman ahora grupos empresariales vinculados a la Iglesia Católica.

Pero parece oportuno recordar que la principal acción de la Universidad es brindar educación, de calidad, entendida como docentes con conocimientos teórico-prácticos actualizados, extensión para aplicar a la realidad los aprendizajes en la cátedras, e investigación para transformar la realidad. Es muy extraño que cuando lo único que se solicita es que la Universidad sea ella misma, la respuesta solo se reduce a que si no te gusta lo que existe, debes mudarte de casa de estudios.

Desmembrar la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas, enviando sus distintas carreras a otras Facultades, aparentemente es la mejor opción encontrada por las autoridades actuales de la UC como respuesta la solicitud del sector estudiantil de una educación de calidad y comprometida con la realidad con los sectores excluidos del país. Ojala que antes que esto pase, quien ejercen cargos de autoridad al interior de la Universidad tengan la capacidad de sentarse a debatir en realidad sobre el direccionamiento de la misma, de manera abierta, franca y fraterna.

Aníbal Cabrera Echeverría
abcabreche@gmail.com

01 de septiembre de 2008.

lunes, junio 30, 2008

Percepciones vivenciales VI : Universidad, enclave de prestigio o privilegio?.

Acceder a la Universidad en Paraguay es un lujo que no muchas personas se pueden permitir, puesto que los costes que demandan su ingreso y permanencia en dicho sistema de educación formal se acrecienta cada vez más, por tanto llegar a culminar una carrera, y acceder a un título de grado se ha vuelto un privilegio, aun más cuando se busca calidad académica.

Pero no debemos olvidar, que tal como se daba en la edad media cuando se otorgaban títulos nobiliarios por agradecimiento o favor, en la actualidad la Universidad no escapa de dicho cometido, por módicas sumas y sin muchos trámites a pasado de dar titulaciones en licenciatura o de grado académico , a diplomados, masterados, y doctorados, incluso pos-doctorados.

Históricamente el acceso a la Universidad ha estado restringido a personas con poder político y económico, y a su descendencia, lo cual hace que sus párvulos sean de un determinado nivel socio-económico, reproduciendo así los mismos patrones culturales de dominación, recordemos incluso que en sus inicios solo los varones tenían derecho a recibir una educación acorde a sus capacidades y proyecciones.

Contar con una titulación universitaria brinda un mayor grado de prestigio, que eleva a la persona a un rango superior en la estratificación de la sociedad, no solo se incrementa el nivel de capital intelectual y cultural que pueda tenerse, sino incluso combinado con la proveniencia de un sector con amplio capital económico y/o político, hace que su poseedora tenga mucho más poder que al inicio de su carrera, y es así que se forma un circulo de elites pensantes, educadas para sostener el ciclo de dominación y exclusión en la que se halla inmersa nuestra sociedad.

El título habilita a una persona a ejercer una determinada profesión, la cual puede y debe ser requerida por la sociedad, y por que no decirlo, por el mercado, y es aquí donde entra el juego de la oferta y la demanda, e incluso de la rentabilidad que puede tener una carrera, cuya principal función es especializar mucho más el trabajo, tecnificar la labor al extremo, y perdiendo la perspectiva de bienestar y dignidad que puede significar el trabajo.

El conocimiento otorga un poder amplio, y marca una diferencia entre quienes tienen mayor o menor educación, esto entendido como una combinación entre la cantidad de años de escolaridad y la calidad, al mismo tiempo implica más responsabilidad para quienes acceden al sistema educativo superior, puesto que al tener dicha ventaja por sobre el común de las personas brinda un beneficio que no solo puede ser medido en términos monetarios, como se expreso con anterioridad, también influencia política y social; dicho poder, según como sea utilizado puede ser beneficioso para la sociedad, o no.

Aníbal Cabrera Echeverría.
30 de junio de 2008.
abcabreche@gmail.com

sábado, mayo 17, 2008

Percepciones vivenciales V: Acciones del poder, y captura de la empresa. (16/05/2008)

El 20 de abril de 2008, la dignidad venció luego de 61 años. Y las implicancias de dicho hecho histórico aun cuestan entender, tanto para quienes ganaron las elecciones como para quienes la perdieron. Es que ponerse a la altura de la situación implica no solo la legitimidad de origen que brinda las urnas y la voluntad popular, sino también de acción, y esto último, es justo lo que se ha puesto a prueba desde 1989, en las diversas elecciones vividas, y gestiones realizadas por quienes hoy integran la APC, Alianza Patriótica para el Cambio, en particular por el PLRA, Partido Liberal Radical Auténtico.

En las semanas siguientes a las elecciones, hemos venido escuchando varias veces dos frases singulares, provenientes de las personas que integran la máxima directiva del PLRA, “se ha capturado el poder”, y “somos los accionistas del 80% de la empresa”. Ambas, nos dan amplias razones, no solo para analizar el significado real de las mismas, también nos provoca preocupación, las reales intenciones que detentan desde este sector de la APC, en el ejercicio de poder, que deberá ser compartido dentro del conglomerado de Partidos Políticos que han dejado de ser la eterna oposición, para asumir el gobierno, de la mano de Fernando Lugo, ex – obispo de la Iglesia Católica, que quien será ungido como Presidente de la República el 15 de agosto próximo.

La ineficacia e ineficiencia del Estado ha convertido al país en una nación excluida, atrasada y marginada, no solamente en el ámbito interno, también en el externo; a la incapacidad de dar respuesta a los problemas de salud, educación y trabajo, en donde más 1.500.000 personas viven en condiciones de pobreza extrema; se suma la inoperatividad en términos económicos y diplomáticos de posicionar al Paraguay como un eje de desarrollo, en el centro de América del Sur, teniendo todas las condiciones necesarias para poder ser más que un país bisagra entre Argentina y Brasil.

Si el poder es “la fuerza de ser capaz de”, en este caso gobernar un país sumido en la pobreza, económica, social y política, en donde una mafia capturo el poder hace 61 años por medio del Partido Colorado o ANR, Asociación Nacional Republicana; todo parece indicar que la democracia, solo ha colaborado en transferir las acciones de dicho poder a otro grupo, él cual no es nuevo, tiene más de 100 años de funcionamiento, y con algunas cuotas de participación, tanto en el pasado, como en el presente, estando al frente del gobierno, a nivel central, regional, y local.

La gestión de la administración pública, otorgada por voluntad popular, y no por cuotas políticas, ha sido un desafió para el Partido que hoy se alza como accionista mayoritario de la APC, vencedora de las últimas elecciones generales en Paraguay, es necesario recordarles que el 20 abril, fueron votaciones, no una licitación pública del poder, en donde por la apertura de los sobres han ganado la empresa, mejor conocida como Estado; este último tiene como dueña a la ciudadanía, pues ella es la que por medio del pacto social, llamada Constitución Nacional, otorga sus fuerzas y poderes a dicho ente, para que pueda administrar no solo la fuerza de modo legitimo, sino también el poder, en los ámbitos económicos y políticos, con el deber de tener una mejor distribución de la riqueza, con equidad, y la participación plena y efectiva de la población en los destinos de la nación.

Nos hemos despojado del yugo, por segunda vez, los lazos del poder, secuestrados desde 1947, por la oligarquía, las milicias, y mafias, han sido retiradas por la ciudadanía, pero no vueltas a entregar, ahora cada persona de a pie tiene un poco más de dignidad, y por ende de poder en sus manos, sin negociar prebendariamente, en el Paraguay, hoy se camina con la cabeza un poco más levantada, situación que indica, no solo un cambio de signo político en el gobierno, sino un cambio de mentalidad, estamos a puertas de desaprender viejas prácticas, y emprender un nuevo sendero a la libertad, teniendo de base nuestra identidad.

Aníbal Cabrera Echeverría
abcabreche@gmail.com

lunes, abril 21, 2008

Percepciones vivénciales IV: Independencia, alternancia, esperanza.

Paraguay, desde hace 61 años (1954) ha sido cooptado por una mafia, fruto de las relaciones incestuosas entre las oligarquías, las fuerzas armadas, y un partido político, el colorado. Las consecuencias son más que evidentes, una nación con recursos naturales suficientes para ser auto-sustentada, pero con un alto índice de pobreza, exclusión y marginación, agudizada en los últimos 5 años por una masiva migración, tanto a países limítrofes como a Europa, generando fragmentaciones, frustraciones e impotencia, tanto a nivel familiar como social.

En 1989, caía una dictadura político-militar, que tras 35 años, dejó al país sumido por sobre todo en una gran ignorancia, e incapacidad individual en ser personas libres y autónomas, puesto que la educación y cultura fueron subyugados por el régimen, como parte de su estrategia de prevalecía y control de la población. Pero este hecho, no puede ser visto como un logro de la ciudadanía, el golpe de Estado del 2 y 3 de febrero se dio por entre otras cosas, para poder mantener el sistema existente, con otro titulo, el de régimen democrático.

Más que una segunda independencia, luego de 1811 cuando el país se desligaba de la corona Española, el hecho histórico vivido en Paraguay el domingo 20 de abril de 2008, tras las Elecciones Nacionales, significa una recuperación de la dignidad de la población, y un rescate del Estado de la mafia que usurpo el poder por décadas, sirviéndose de los recursos públicos de manera impune, sin verdadero interés en el bienestar colectivo.

El cambio es una palabra que por muchos años género rechazo, pues el miedo a lo desconocido se había instalado de modo perfecto en el inconciente de las personas, tras las guerras y las dictaduras, saliendo a vagar como un fantasma eficiente al momento de hacer una elección decente y razonable, cuando se acuden a las urnas. Situación que se halla muy ligada a las frases conocidas de épocas pasadas como “no te metas” o “no hables mucho”, entre otras.

Lo anterior sigue estando vigente, pero este domingo venció el cansancio, el sufrimiento y el sacrificio, por sobre la arrogancia, la impunidad y el autoritarismo. La alternancia en ningún caso implica una verdadera alternativa, situación que es importante visualizarla, no solo para evitar frustraciones futuras, sino para tener puestos todos los sentidos en cada paso que se vaya dando, de cara a continuar caminando en la senda del proceso de transformación del país, dejando de ser un mero espacio geográfico, convirtiéndose en un lugar que brinde las condiciones necesarias para que la población pueda desarrollarse de modo económico, político y social, sin necesidad de rendir pleitesías a grupos privilegiados empotrados en la estructura burocrática del Estado o refugiarse en otros países.

La esperanza es el principal capital moral de la victoria de la Alianza Patriótica para el Cambio, un conglomerado de partidos políticos de derecha e izquierda, y movimientos sociales, que lleva a Fernando Lugo, ex-obispo de la Iglesia Católica, a ser el próximo Presidente de la República desde el 15 de agosto de 2008, cuando asuma el Poder Ejecutivo en Paraguay; pero este valor otorgado en las urnas no puede ser bajo ningún motivo un cheque en blanco, es deber de la ciudadanía, y en particular de las personas jóvenes asumir un compromiso, no solo de velar por el cumplimiento de las promesas, sino de trabajar con ahínco en logro de un país con mayor inclusión social, y un respecto irrestricto a los Derechos Humanos.

Los procesos históricos tienen como protagonistas a personas que cuentan con la capacidad de transmitir sus valores y convicciones, y liderar los esfuerzos para modificar las condiciones actuales en las que un pueblo se encuentra; y en Paraguay, no solo se esta escribiendo la historia, también se la está construyendo sobre la base de la recuperación de la capacidad de asombro, la dignidad humana, y del poder por parte del pueblo; se están desaprendiendo viejas prácticas, donde el significado de la democracia no se reduce a una simple representación, pues la participación ha demostrado su eficacia, y se ha convertido en un nuevo signo de los tiempos, en consonancia con los demás procesos que se viven en nivel regional en América Latina.


Aníbal Cabrera Echeverría
abcabreche@gmail.com
21 de abril de 2008.

miércoles, febrero 27, 2008

Octubre, 2007

Percepciones vivenciales III: Autonomía de la justicia versus intereses facciosos.

El principio de la independencia de los poderes del Estado es violado de modo sistemático, más aun cuando los intereses de grupos empresariales y facciones políticas hacen uso de su poder económico, e inciden con frecuencia en el manejo de la justicia y las resoluciones emanadas por la misma, sea del ámbito que fuere, civil o militar.

La justicia debe actuar de modo imparcial en el marco de la Constitución Nacional, los tratados internacionales ratificados por el Congreso y las leyes vigentes, brindando garantías reales al respeto de los derechos que tiene cada persona que se encuentra en el territorio nacional.

La base de justicia se rige por la máxima de dar a cada hombre y mujer lo que le corresponde o pertenece según derecho, en donde no pueden existir personas de primera o segunda categoría, pues todas son iguales ante las leyes, sean del nivel socio-económico fuesen, condición física, rasgos étnicos, o cultura.

Los intereses facciosos solo benefician a un determinado grupo de personas, que detentan el poder político por medio de su caudal económico, y donde prima solo el bienestar particular de dicho grupo, por sobre el interés superior del colectivo de la sociedad, sean jóvenes, mujeres, campesinos, obreros.

Cuando estas facciones inciden sobre los espacios de decisión, y por tanto obtienen poder político, comienzan a controlar los distintos ámbitos del aparato burocrático del Estado, sea en el ámbito Judicial, Ejecutivo o Legislativo, en perjuicio de la mayoría de la ciudadanía que no cuentan con las mismas condiciones materiales para desarrollarse como personas, y actuar de modo autónomo.

Así, tenemos que la minoría con poder pasa a ser una mayoría en términos cualitativos, y la mayoría sin poder pasa a tener la condición de minoría, no importando la cantidad de personas que este último grupo represente. Esto en términos reales genera una relación de vasallaje hasta la fecha, pero que se estimaba haber superado con los principios de la Revolución Francesa, de igualdad, libertad y fraternidad.

Las implicancias de esta constante intromisión de los grupos facciosos en la justicia hacen que el equilibrio de poderes se vea afectado; y al mismo tiempo, las garantías que deben ser salvaguardadas por el Estado, como ente regulador de la convivencia de las personas que conforman está nación, son violadas continuamente, de modo impune y sin casi ninguna objeción de parte de la ciudadanía.

La sumisión de las personas es una herencia modelada del régimen dictatorial de décadas pasadas, tras 35 años de dictadura político-militar, pero que sigue vigente; es necesario llegar al grado de comprensión que los Poderes del Estado deben funcionar como un engranaje de reloj que de modo perfecto, ideal, permita a las personas vivir en condiciones dignas, sin buscar salidas extremas, matando los sueños y las esperanzas.

Es tiempo de dejar de bajar la cabeza y guardar silencio, es tiempo de asumir que cada persona tiene una voz, y que la misma suma, es tiempo de dejar de gritar a solas y con los dientes apretados, ha llegado el momento de ser personas, ejercer la ciudadanía, despertarse del sopor inocuo que ha generado la opresión del pensamiento y la libertad de acción; es tiempo de ser personas.

Aníbal Cabrera Echeverría
abcabreche@gmail.com
Paraguay.
21/06/2007
Percepciones vivenciales I: Pensar-se como Universidad

Desde hace un tiempo, existe un movimiento de estudiantes en la Universidad Católica - Sede Regional Asunción (Paraguay), que ha venido reflexionando sobre el papel de esta entidad, en la formación de personas, en el aporte a la investigación, en la calidad académica, y la extensión como laboratorio para poner en práctica las teorías; por tanto en la institución como tal, en todas sus dimensiones.

La constante recepción que se ha tenido a estas ideas y propuestas solo se reduce a contestaciones reaccionarias, hasta coercitivas por parte del aparato burocrático de la Universidad, con la mirada complaciente del ámbito académico – docente.

Ante esto, la lectura que se puede hacer gira en torno a lo siguiente:
- No está permitido pensar.
- No está permitido tener ideas diferentes.
- No está permitido disentir.

Esta situación genera permanentemente tensiones entre los diferentes estamentos de la llamada comunidad académica, donde cada parte tiene su propia agenda de trabajo, sin contemplar una agenda colectiva; olvidándose del fin último de la Universidad.

Los espacios institucionales son respetados y utilizados, pero en ocasiones no son suficientes cuando las injusticias son permanentes, y las arbitrariedades se hallan a la orden del día; y la correlación de fuerzas en dichos ámbitos nunca está equilibrada, por tanto el estudiantado se halla en minoría siempre, y sus reivindicaciones relegadas.

El debate se intenta reducir a ámbitos administrativos, y los conflictos se generan por espacios físicos, lo cual indica el nivel de discusión o prioridad que se tiene en una entidad cuya misión se halla cada día más lejos de cumplirse, y los caminos utilizados promueven solamente involución, mediocridad y hasta temor.

La autonomía estudiantil y la ciudadanía universitaria son objetos de burla cada día, pero más lo son cuando guardias de seguridad de una empresa privada inundan los pasillos y el patio de la Facultad de Filosofía y Ciencias Humanas de la Universidad Católica. Antes de 1989, los estudiantes eran moderados por hordas encabezadas por seccionaleros, hoy en el 2007, tiempo después, se intenta moderar el pensamiento y la acción por medio de
hombres armados contratados por la propia casa de estudios, y dirigidos por autoridades administrativas – académicas.

La voz de reclamos, de críticas, de reflexión y pensamiento hecho acción, no puede ser reprimida bajo ninguna circunstancia; es decir, no por ser minoría o mayoría, o dar mayores o menores ingresos a la Universidad, un estudiante puede tener menos y más derecho para expresarse, para ser respetado, para vivir. Todos somos diferentes, todos somos iguales.

Existe el derecho a la protesta, al disenso, a la libre expresión, a la libertad de conciencia, a la libre asociación, al libre tránsito, y a la desobediencia civil; consagrados en la Constitución Nacional, la Carta de los Derechos Humanos, convenciones y tratados interamericanos e internacionales; y cada persona, sea ciudadana de este país y / o del mundo, como también el estudiantado de la Universidad Católica, y de otras entidades tienen el pleno derecho de ejercerlos, y deben tener las garantías necesarias para ello, sin excusas de ninguna índole.

Aníbal Cabrera Echeverría
Estudiante de Sociología / FFCH – UC
abcabreche@gmail.com

domingo, febrero 24, 2008

Persecpciones vivenciales: Estado laico?

Por acciones como está (donde una joven de 17 años es acusada de asesinar a su hija recien nacida) se hace necesaria y prioritaria que se apruebe la Ley de salud materna y perinatal que que se halla en el Congreso hace casi un año.

La falta de informacion y educacion es un factor determinante en este tipo situaciones, tanto por parte de los servicios de salud, que deberian de funcionar adecuadamente, como del sistema educativo formal.

Ante la no existencia de estos instrumentos, y la ineficacia e ineficiencia de las estructuras burocraticas del Estado, se dan este tipo de situaciones, donde en la práctica, se revictimiza a una persona, esto es solo un claro ejemplo de los fallos que tenemos como sociedad.

Nacer en el campo, ser pobre, mujer, joven, y ademas estar embarazada, no justifican un acto como el cometido por esta persona, pero al mismo tiempo son variables que no pueden ser dejadas de lado, cuando las condiciones biosicosociales de una persona se hallan violentadas al extremo sin capacidad de medir sus propios actos.

Está mujer joven ya ha sido juzgada y condenada por la sociedad y sus valores tradicionales; y el cargo de culpa la llevara de por vida, la solucion cual es? Que vaya a pagar su culpa personal por inadaptada a la carcel? O recibir un tratamiento psicologico adecuado que le ayude a seguir viviendo, y por que no, en algun momento volver a incertarse en la sociedad, en la cual no ha estado incluida?

Necesitamos un Estado Laico, que vaya más halla de discursos morales, y acciones vacias, que no responden a la realidad ni mucho menos a las necesidades que tenemos como personas que somos parte del mismo.

24 de enero de 2008.-