miércoles, marzo 23, 2011

Reflexiones en torno a la intervención con jóvenes en espacios de educación formal compartido con personas adultas.

Las tensiones entre ambos “mundos” se van dando en diversos ámbitos de la sociedad, uno de ellos son los centros educativos de personas jóvenes y adultas, en base a algunas frases de socorro de una apreciada profesora de la escuela nocturna de Argentina, Claudia, la idea es intentar reflexionar sobre que está ocurriendo en dichos espacios de alfabetización que pretenden ser de educación.

01 - Donde puedo encontrar alguna orientación... alguna experiencia o tal vez vos sepas que puedo hacer para atraer a los jóvenes, para que se motiven y hagan algo productivo dentro de un aula con docentes y adultos…

La frase nos lleva a pensar en la distancia que existe entre las personas jóvenes y adultas, realidades diferentes, percepciones de la vida contrapuestas, unas van y otras están de regreso sobre las trayectorias de vida, y a propósito de la misma, muchas personas jóvenes se hallan sin tener un proyecto de vida concreto, sumergidas en la más extrema exclusión social, política, económica y cultural, sin avizorar una mejora, o una salida a la situación en la que se encuentran.

Tener en un mismo ámbito de trabajo educativo a jóvenes y adultos complejiza la tarea de alfabetización de ambos colectivos, puesto que los lenguajes generacionales se encuentran en frecuencias diferentes, tenemos así dos grupos -estudiantes y docentes-, que dan tres grupos, -docentes, estudiantes jóvenes, y estudiantes adultos-, pero agrupados en términos etarios tenemos a dos grupos finalmente, -jóvenes y adultos-, normalmente enfrentados en la vida real, fuera del centro educativo, hecho que tiende a trasladarse al recinto de enseñanza.

Padres ausentes, madres trabajadoras, criados/as con personas mucho más adultas, ¿cuáles son las características bio-psico-sociales de las personas jóvenes que asisten hoy a los centros educativos?; pero más que eso, ¿tenemos en cuenta dichas características al momento de realizar una propuesta pedagógica con jóvenes en el ámbito de la educación formal?

Cuando hablamos de jóvenes en situación de exclusión, que han tenido que abandonar sus estudios o nunca se han insertado al sistema educativo, necesitamos verificar cuáles son sus motivaciones para asistir al centro educativo, ¿cuentan con una motivación interna o externa?, ¿cuentan con acceso a información sobre la propuesta que han optado?, ¿la propuesta está totalmente estructurada o da un margen para crear, que implica que las personas jóvenes puedan apropiarse de la misma, y poner su acento propio?

Una propuesta de trabajo con jóvenes es tomar sus motivaciones y desde allí ir construyendo un proceso de trabajo pedagógico y lúdico, que vayan concertando y al mismo tiempo permita un desarrollo de contenido, desde sus tiempos y sus necesidades. Es contradictorio, pero no se puede ofrecer nada muy estructurado pues puede generar rechazo, ni nada muy abierto, pues tiende a desconcertarlos; por ello una construcción intermedia puede contribuir a “capturar” la atención de los mismos desde el inicio, donde vean con claridad los pasos que van a dar como individuos y como colectivo, el trayecto que van a vivenciar, y visualizar cual será el destino del año en curso.

02 - La verdad...necesito un cable a tierra, no sé cómo organizar el año porque en dos meses alteran todas las estructuras, trabajamos el doble y terminan abandonando. Necesitamos atender bien a los adultos pero a ellos también, sin embargo… la mayor parte del tiempo parecen “paredones” imperturbables!!!

La población joven con que se trabaja en los centros educativos viene de abandonar el sistema educativo, de estar negada desde los inicios de su existencia, y seguro que seguirán en abandono, puesto que la exclusión es la salida más simple para abordar una situación tan compleja.

Aquí entra el juego letal de la sobre-edad, repitencia, abandono o deserción escolar, y porque no, la nunca inclusión al sistema educativo, situación que parece interesante a observar, nunca han estado en el sistema de funcionamiento de la sociedad, sobreviviendo al margen de todo lo imaginado, de la cotidianeidad que es normalidad para quienes si han tenido la posibilidad de estar dentro.

La burocracia del sistema educativo en el ámbito formal conlleva un sinfín de trámites, planillas, actividades administrativas, que no contribuyen a pensar en lo “educativo” en términos reales; cómo compaginar en los equipos de trabajo en los centros educativos la tensión entre lo “administrativo” y lo “pedagógico”, como entes separados como si fuera que no tienen un eje de acción común, la alfabetización de las personas.

El esfuerzo que demanda trabajar con jóvenes en contextos adulto-céntricos, puede conllevar a una frustración por parte de ambos colectivos, pero como es costumbre se pone mayor atención sobre aquellos que van sobre rieles, llevando el ritmo propio de los docentes y en los tiempos del centro educativo, quienes van con ventaja y/o rezaga, en ambas situaciones, son un problema para la tarea docente y para la gestión de la institución.

Existe la necesidad de tener un margen de maniobra entre lo “administrativo” y lo “pedagógico”, y el ¿cómo? vuelve a rondar como un fantasma casi innombrable, como la delgada línea roja entre un ámbito y otro de universos paralelos que se entrecruzan y refuerzan, para mantenerse separados por siempre.

Ahora es cuando entra en escena la capacidad lúdica, el pensamiento creativo, que permite explorar rutas, armas propuestas, implementar ideas desestructuradas; y es aquí donde se inicia la construcción del proceso educativo desde lo formal con elementos de lo no formal, dejando en libertad el pensamiento, permitiendo jugar en el bosque, con el lobo incluido; así como hay que dejarse llevar, también es necesario dejarse asustar y sorprender.

La comunicación es un elemento importante a ser considerado, desde varios puntos de vista, el lenguaje fonético y corporal, los símbolos, las tonalidades de expresión, cual es el mensaje que se emite, desde una condición adulto-céntrica, con una marcada historia de vida, con otras prioridades personales; y esto como se cruza con la percepción propia de la persona joven, con su forma de entender / dimensionar la realidad según su contexto.

Cuando se comunica algo, ¿qué se está diciendo o proponiendo en realidad?; ¿cuál es la intencionalidad real al emitir un mensaje determinado? Y la principal pregunta, ¿tiene lo que se dice o emite, un verdadero sentido y validez, tanto para quien emite el mensaje como para quien lo está recibiendo?

03 - La escuela es de nivel primario y me veo trabadísima en muchas cosas, porque no dispongo de profes de áreas o especialistas ni de espacios adecuados y propios para hacer cosas diferentes.

El compromiso de los Estados partes de UNESCO, y participantes de las CONFINTEAS, es incorporar en sus políticas públicas la alfabetización de las personas jóvenes y adultas, e incluso ir más allá, cuando desde las OSC se plantea la educación de dichos colectivos, que es mucho más amplio que el primer término. Así nos encontramos con la alfabetización como un peldaño principal dentro del proceso de educación de las personas; y se plantea la educación a lo largo y ancho de la vida, como un derecho humano prioritario.

Los Estados no brindan garantías reales de lo pactado en el escenario fotográfico internacional, donde se firma todo lo que hay, pero muy pocas veces se traducen en políticas públicas, que cuenten con voluntad de acción, una legislación adecuada, y presupuesto suficiente para su implementación; todo esto se juega a nivel macro en el país, y en la práctica, dentro del nivel micro, se observan otras realidades, escasa formación docente para atender a dichos colectivos, baja calidad de la infraestructura destinada para las acciones educativas, casi nulo acceso a recursos pedagógicos para acompañar el proceso educativo, condiciones salariales desventajadas en relación a otros docentes, entre otras aristas a ser tomadas para analizar y dimensionar la complejidad del tema.

La baja calidad de la infraestructura destinada para las acciones educativas es una dimensión sumamente compleja de abordar, la arquitectura pobre utilizada, construcciones no funcionales, el entorno ambiental desregulado, y una serie de imperfecciones que no alientan al aprendizaje en los centros educativos, tanto los destinados a niños/as y adolescentes, como a personas jóvenes y adultas; es necesario sumar la inadecuada ventilación, iluminación, muebles en pésimas condiciones, degradantes instalaciones sanitarias, acotados espacios de esparcimientos, entre otras situaciones límites en que se encuentran los centros educativos.

El casi nulo acceso a recursos pedagógicos para acompañar el proceso educativo es una materia pendiente de los Ministerios de Educación, pésimas bibliotecas, pocos programas que “amiguen” a las personas con los libros; materiales educativos desfasados en teorías y prácticas; una brecha aun larga entre el conocimiento científico y su convivencia con el empírico; poca investigación y difusión de los resultados en lenguaje coloquial

En referencia a la escasa formación docente para atender a dichos colectivos, tanto jóvenes como adultos, encontramos que en los centros educativos, las personas que por lo general tienen la misión de trabajar con ambos grupos vienen de una formación para docentes del nivel básico o primario, incluso existe personal administrativo que realizan la tarea de alfabetizadores; no cuentan con una preparación didáctica para abordar el trabajo con ambos grupos etarios, y van aprendiendo sobre la marcha o reproduciendo modelos pre–existentes que nunca han despegado de manera adecuada, ni cuentan con propuestas pedagógicas certeras en el ámbito de la educación formal.

La realidad nos desafía de manera constante, las dimensiones políticas, sociales, económicas, y culturales van sufriendo cambios vertiginosamente; dicha situación pone sobre la mesa la reflexión sobre cuál es la respuesta principal de la sociedad, y está claro que un camino debe ser el de brindar las garantías necesarias para el acceso a la educación de todas las personas, a lo largo y ancho de la vida, así vamos a poder construir ciudadanía, cohesión social, libertad y por sobre todo, humanidad.

3 comentarios:

Unknown dijo...

Hola Aníbal!

me parece que lo mejor es indagar en las experiencias que ya existen, para recrear estrategias propias, centradas en lo pedagógico... La pareja pedagógica y el trabajo colectivo de los educadores es fundamental, no existen recetas, no hay proyecto de enseñanza que se pueda sostener de otra forma y en especial, para las poblaciones cuyos derechos han sido sitemáticamente vulnerados....

Aquí van dos experiencias bien interesantes:
http://www.centroeducativoisauroarancibia.org/p/propuesta.html

http://www.cfp9-de5.com.ar/index.php?option=com_content&task=view&id=45&Itemid=1

En montevideo fuimos a una escuela de oficios, te acordás?

Unknown dijo...

Claro, no pretendo dar recetas.... a mi edad... ni cuando se viejo (tenes permiso de retarme y hasta pegarme)

Ahora, lo que propongo además de reflexionar sobre el tema... es que la educación de personas jóvenes y adultas, por más que la pongan en la dimensión de no-alfabetizados/as, no puede ser dada de la misma manera, una cosa son las personas jóvenes y otra cosa son las personas adultas (mayor).
Desde donde se piensa la educación, en un plano de universalizar cosas, se pierden las particularidades o singularidades de los colectivos, sean jóvenes o adultos.
Del derecho a la educación ni hablar, de hecho no estaba luego en entre dicho lo de la vulnerabilidad, de hecho me refiero a la exclusión de manera más amplia posible.

Unknown dijo...

y si me acuerdo del centro donde fuimos... era de oficios... básicamente...